Sistema de Acreditación
Apoyos Académicos
Los apoyos académicos son todos los elementos que se disponen
alrededor de los estudiantes y de profesores y colaboradores, para
facilitar las actividades académicas de la institución.
Al considerar los apoyos académicos, es importante observar
cuidadosamente las políticas, reglamentos y procedimientos
destinados a su promoción y uso.
Es importante que la institución provea a sus estudiantes
y profesores los recursos de apoyo a las actividades de enseñanza
y de aprendizaje que requieran para que los programas académicos
alcancen los estándares de calidad deseados. Entre tales
recursos se encuentran la biblioteca y centros de información;
los laboratorios y talleres, y los recursos de informática,
comunicación electrónica y apoyo didáctico.
Es importante señalar que los apoyos académicos mencionados
en el párrafo anterior son indispensables para el logro exitoso
de la misión y los objetivos institucionales.
Considerando la diversidad e importancia de los apoyos académicos,
es deseable que la institución educativa impulse en forma
especial los que se detallan en los párrafos siguientes.
8.1 Centros y Servicios de Información
La biblioteca o centro de información de una institución
de educación superior cubre una función de apoyo académico
muy significativa, por esta razón es importante garantizar
que brinde la suficiencia en infraestructura, colección,
servicios y recursos que demandan los programas educativos de la
institución, en un marco de calidad, diversidad, cantidad,
pertinencia y actualidad.
La biblioteca o centro de información debe
(8-1) ser accesible a todos los usuarios.
El personal que colabora en la biblioteca determina en gran medida
la calidad del servicio que se ofrece, y por ello es apropiado asegurar
que tal personal cuente con estudios en biblioteconomía o
informática. Por lo anterior, la biblioteca o centro de información
debe (8-2) contar con un personal suficiente y calificado para desarrollar
las actividades apropiadas, entre ellas, la de auxiliar a los usuarios.
Los recursos bibliotecarios y de información deben
(8-3) ser suficientes en calidad y cantidad para satisfacer
las necesidades de cada uno de los programas educativos de la institución,
y estructurarse en relación directa con su perfil de oferta
educativa y la naturaleza y nivel de los currícula. Es conveniente
que la colección básica incluya, además de
libros, otros materiales como mapas, revistas, discos, videos, microfichas,
discos compactos y acceso a publicaciones electrónicas.
Los servicios bibliotecarios y de información deben
(8-4) ofrecerse con calidad, en los sitios y horarios adecuados,
de manera organizada, con la seguridad apropiada para la colección
y complementarse con convenios y préstamos interinstitucionales.
Para que una biblioteca o centro de información brinde un
servicio de buena calidad, es necesario actualizar y renovar constantemente
sus recursos, hacerlo de manera sistemática y considerando
la opinión de sus usuarios, particularmente de los profesores.
Por ello, la institución debe
(8-5) elaborar, difundir y aplicar políticas y procedimientos
para el desarrollo de los recursos bibliotecarios, en los cuales
se especifique claramente la participación del profesorado
en esta actividad.
Para que los usuarios puedan disponer de los recursos bibliotecarios
y de información deben (8-6)
contar con datos precisos sobre los horarios de servicio, los sistemas
de circulación, los servicios de reserva, los préstamos
a domicilio, los préstamos interbibliotecarios, así
como los procedimientos para el acceso a redes y bancos de información,
dentro o fuera de la institución.
La institución debe (8-7)
establecer programas de inducción para los usuarios en los
que se informen todos los aspectos relacionados con los servicios,
los recursos y las políticas de operación de la biblioteca
o centro de información.
La infraestructura y las condiciones de operación de la biblioteca
o centro de información deben
(8-8) ser tales que propicien un ambiente adecuado para la
investigación, el estudio y el aprendizaje.
Por último, la institución debe
(8-9) contar con un sistema de evaluación que contemple
indicadores para la biblioteca y otros sistemas de información,
además de metas y las acciones apropiadas para lograrlas.
Como indicadores se consideran, al menos, los siguientes: presupuesto
destinado a biblioteca y servicios de información y porcentaje
que representa del gasto de operación institucional; número
de títulos y volúmenes; usuarios atendidos; índices
de satisfacción de los usuarios; servicios automatizados
de consulta; tasa de utilización de los servicios; porcentaje
de libros especificados en los programas de estudio y que estén
disponibles.
8.2 Recursos de Informática,
Comunicación, Electrónica y Apoyo Didáctico
La institución debe (8-10)
proporcionar a la comunidad educativa servicios de informática
y comunicación electrónica en calidad, cantidad, pertinencia
y actualidad, acordes con la naturaleza y el nivel de sus programas
académicos.
Los servicios de informática - tanto en lo referente a equipo
como a programas y herramientas, telecomunicación y conectividad
para el manejo de los sistemas de información - son esenciales
para cualquier tipo de programa educativo, así como para
apoyar las funciones administrativas. Por lo tanto, la institución
debe (8-11) elaborar, difundir
y aplicar políticas y procedimientos para la adquisición
y asignación de recursos de informática y comunicación
electrónica, consistentes con la planeación institucional,
con el nivel de los programas académicos que se ofrecen y
con la legislación vigente.
Reconocer la velocidad del cambio en la
tecnología de los servicios de informática y comunicación
electrónica, es básico para proporcionar a la comunidad
un servicio pertinente y de calidad, necesitando evaluarse, por
lo menos, cada dos años.
Por lo tanto, los recursos de informática y comunicación
electrónica deben (8-12)
ser evaluados periódicamente, para que la institución
se asegure que satisfacen las necesidades de profesores, estudiantes
y personal administrativo.
La institución debe (8-13)
proporcionar al cuerpo docente y a los estudiantes, los servicios,
equipos y materiales de apoyo didáctico necesarios para dar
un soporte apropiado a los cursos regulares y a otras actividades
educativas de la institución (conferencias, seminarios, exposiciones
y otras). Estos recursos didácticos consisten en equipo,
personal e infraestructura adecuada y de fácil acceso a los
usuarios de la comunidad educativa que permitan mejorar el proceso
educativo.
Es conveniente además, que la institución busque las
estrategias adecuadas para la mejora continua de las tecnologías
educativas, los métodos para el aprendizaje y la enseñanza,
a fin de incrementar la calidad educativa institucional.
8.3 Laboratorios y Talleres
Todo programa académico de calidad requiere disponer de infraestructura
adecuada y suficiente así como de equipo moderno que contribuya
al logro de sus objetivos, al desarrollo del proceso enseñanza-aprendizaje,
a elevar la calidad de los egresados y al apoyo del trabajo de su
personal académico, estudiantes y personal administrativo.
La institución debe (8-14)
disponer o tener acceso a los laboratorios y talleres, con los equipos
adecuados y suficientes, así como con los suministros necesarios
de acuerdo a la naturaleza y necesidades de sus programas académicos;
la ubicación de los laboratorios y talleres puede variar
de una institución a otra, por ejemplo: dentro de sus instalaciones
o fuera de ellas, garantizando un acceso efectivo a través
de convenios con otras organizaciones.
La institución debe (8-15)
elaborar, difundir y aplicar políticas y procedimientos para
la adquisición y adecuada asignación de recursos y
suministros para los laboratorios y talleres, consistentes con la
misión y la planeación institucionales, así
como con el nivel de los programas académicos que se ofrecen.
Evaluar y estar actualizado en los avances
sobre el equipamiento para los talleres y laboratorios permitirá
a la institución brindar el apoyo necesario para el desarrollo
de sus programas académicos. Es pertinente realizar dicha
evaluación, por lo menos, cada dos años.
Por lo tanto, los recursos de los laboratorios y talleres deben
(8-16) ser evaluados periódicamente, para que la institución
se asegure que satisfacen las necesidades de la comunidad educativa.
|